Persecución

Otra anécdota del pobre Toyota Corolla de Rosario, fue la de la otra noche; en medio de un tapón a las 23h., un camión cementera (aquí patana mezcladora). En cuanto lo ví, me dió mala espina y pensé, -¿qué diablos hará este tío a esta hora por medio de la ciudad?.

Pues bien, al más puro estilo de Steven Spielberg en su operaprima "El diablo sobre ruedas", la patana empezó a pitar como si no aguantara más en medio de ese tapón, y empezó a rugir y a rugir....hasta que empezó a empujar para intentar abrirse paso; ¿adivináis a quién le tocó el premio? exacto, al Toyota Corolla de Rosario.

Como buen ciudadano europeo, me bajé del carro y me dirigí a la cabina del "diablo sobre ruedas" para explicarle que no éramos parte del mobiliario urbano; era negro como el tizón, y sólo podía verle el blanco de los ojos. Sudaba como si le hubieran tirado un cubo de agua por encima. Yo pensé que el pobre hombre estaba indispuesto y por eso tanta prisa.

En fin, que aquí las cosas no son tan bonitas; el pavo me dijo que no tenía papeles y mientras me hablaba aceleraba y hacía más ruido como para quitarme del medio. A la altura que estaba, y tras unos movimientos extraños que hizo con las manos tras la puerta, no quise ser protagonista de la portada de los noticiarios de la mañana siguiente, así que me quité de su lado, le anoté la matrícula y me metí en mi carro.

Inmediatamente, Rosario llamó al 911 y explicó lo ocurrido. Le pidieron que nos quedáramos allí, jeje, mientras el otro ya se había abierto paso y se había pirado. Mientras Rosario seguía hablando con la policía, emprendimos una persecución como si de una peli se tratara.

En todo momento íbamos contándole a la policía por qué calle íbamos, hasta que después de unos diez minutos de persecución, el camión se metió en una zona "graciosa", vamos, en un barrio sólo aptos para valientes.

En ese mismo momento, nuestra persecución terminó. Acabamos en comisaría poniendo una denuncia.

No hay comentarios: